Durante casi hora y media, Kirchner habló sobre el atentado, aunque ofreció pocos detalles concretos del suceso. Declaró que nunca vio el arma y no se le preguntó si podía identificar a Fernando Sabag Montiel como su atacante.
En un ambiente repleto de liturgia kirchnerista, rodeada de los principales dirigentes de su partido, Cristina Kirchner desplegó una andanada de críticas hacia el Poder Judicial, calificando la investigación como «un desastre total y absoluto». También habló sobre la violencia de género que ha sufrido, aunque aclaró: «no soy feminista». Incluso hizo una referencia velada a Fabiola Yañez y criticó al presidente Javier Milei sin mencionarlo por su nombre.
Desde temprano, el edificio se encontraba bajo estrictas medidas de seguridad. Los seguidores de Kirchner, reunidos en la entrada de la calle Letonia, coreaban «De la mano de la jefa vamos a volver». A las 9:30, Cristina Kirchner llegó acompañada por Diego Carbone, su jefe de seguridad. Al descender del auto, se detuvo a sacarse una foto con los militantes antes de dirigirse a la sala de audiencias, abarrotada con dirigentes y simpatizantes.
Entre los presentes se encontraban el gobernador bonaerense Axel Kicillof, la vicegobernadora Verónica Magario, y otros destacados funcionarios y legisladores del espacio kirchnerista. Los dirigentes de movimientos sociales Juan Grabois y Emilio Pérsico también hicieron acto de presencia.
El Tribunal Oral Federal 6, compuesto por Sabrina Namer, Adrián Grumberg e Ignacio Fornari, ocupaba el estrado. Frente a ellos, los acusados: Sabag Montiel, Brenda Uliarte y Nicolás Carrizo, rodeados por agentes penitenciarios. Rompiendo el protocolo, el tribunal permitió a los fotógrafos capturar la escena inicial.
Durante el interrogatorio, conducido por sus abogados Marcos Aldazabal y José Manuel Ubeira, Kirchner habló del clima de violencia previo al atentado, mencionando los discursos de odio durante la pandemia, los ataques a su despacho en el Congreso y las movilizaciones en su contra. Señaló al fiscal Diego Luciani y a la Policía Federal y de la Ciudad como responsables de fomentar este clima de violencia.
La ex vicepresidenta recordó los episodios violentos que sufrió su familia y criticó duramente al «Partido Judicial» y los medios de comunicación. A través de ejemplos concretos, como la tapa de la revista Noticias y la caricatura de Sábat en Clarín, Kirchner expuso lo que considera una campaña en su contra.
Las preguntas de la fiscal Gabriela Baigún se centraron en Revolución Federal y en el diputado Gerardo Milman, a quien un testigo afirmó haber escuchado prever el atentado. Kirchner también respondió sobre la vecina Ximena Tezano Pintos y el financiamiento de actividades violentas, aunque en este último punto se limitó a respaldar lo planteado por su querella.
La ex vicepresidenta reveló el impacto del atentado en su vida personal, mencionando el temor de su nieta Elenita y los cambios en su residencia y seguridad. La defensa de Uliarte indagó sobre su custodia, obteniendo respuestas evasivas de Kirchner respecto a los detalles operativos.
En su declaración final, Cristina Kirchner relató el momento exacto del atentado, describiendo cómo un secretario le alertó sobre el «click» del arma. Reflexionó sobre la protección divina y la intervención de los militantes que evitaron una tragedia mayor.
Al concluir la audiencia, Cristina Kirchner se acercó al estrado para estrechar la mano de los jueces, en contraste con la tensa despedida de su anterior declaración en la causa Vialidad. Los aplausos de los dirigentes y militantes la acompañaron en su salida, cerrando una jornada intensa y reveladora.