En un dramático giro de acontecimientos, la emblemática agencia de noticias Télam cesó sus operaciones este lunes, siguiendo la orden de clausura pronunciada por el presidente Javier Milei en su discurso ante la Asamblea Legislativa. El repentino cierre se tradujo en el cese de la actividad en su sitio web, mientras que sus dos edificios principales en la Ciudad de Buenos Aires fueron rápidamente rodeados por vallas de seguridad, marcando así un abrupto fin para la entidad que había estado en funcionamiento de manera continua durante casi ocho décadas.

La medida, justificada por Milei como una acción necesaria para detener lo que describió como décadas de uso de la agencia como un instrumento de propaganda kirchnerista, generó una ola de controversias y protestas. La policía de la ciudad intervino en la medianoche para asegurar los edificios, mientras que se espera que más tarde hoy se lleve a cabo un simbólico abrazo en defensa de la agencia.

El cierre de Télam, anunciado inicialmente el viernes por el presidente Milei, se alinea con su reciente decisión de cerrar el INADI, argumentando un presunto derroche de fondos en mantener militantes. Esta medida ha desatado un debate acalorado sobre la libertad de expresión en el país.

El último despacho de la agencia, fundada en 1945, fue emitido a la 1 de la madrugada, informando sobre su propio cierre y el planeado abrazo simbólico en contra de la decisión presidencial. A su vez, la página web de Télam se encuentra inaccesible, con un mensaje que indica «página en reconstrucción», mientras que los trabajadores han comenzado a recibir telegramas anunciando su «dispensa» laboral por una semana.

En una comunicación oficial, el interventor designado, Diego Chaher, notificó a todo el personal de la agencia sobre la dispensa laboral, generando una respuesta inmediata de rechazo por parte del gremio Sipreba, que denunció el accionar del gobierno como uno de los peores ataques a la libertad de expresión en décadas.

La colocación de vallas que impiden el acceso a los edificios ha provocado la intervención de dirigentes sindicales, quienes se han presentado en las sedes para salvaguardar lo que consideran como patrimonio público. El abrazo simbólico, programado para más tarde en el día, contará con la participación de trabajadores de la agencia, líderes sindicales y representantes de diversos sectores de la sociedad.

El cierre de Télam ha generado una amplia condena por parte de figuras prominentes de la cultura, los derechos humanos, la política y el periodismo, quienes argumentan que la medida es ilegal al no pasar por el debido proceso legislativo. Carla Gaudensi, delegada sindical y empleada de la agencia, sostiene que el cierre es ilegal y que debería requerir la aprobación del Congreso para disolver Télam Sociedad del Estado. La controversia sobre la legalidad y los motivos detrás del cierre de Télam promete prolongarse, mientras que las protestas y la defensa de la libertad de expresión continúan ganando fuerza en la esfera pública argentina.