El presidente Javier Milei regresa a Buenos Aires tras una gira internacional que calificó como “perfecta”, pero que estuvo marcada por el revés que sufrió su gobierno en el Congreso con el retiro de la Ley Ómnibus, que pretendía aplicar un duro ajuste fiscal y económico. ¿Qué balance se puede hacer de esta semana clave para el mandatario y su proyecto político?

Milei visitó Israel, Italia y el Vaticano con el objetivo de fortalecer los lazos con estos países y mostrar una imagen de liderazgo y apertura al mundo. En su primera escala, el presidente logró consolidar su alianza con el Estado judío, que le brindó su apoyo y reconocimiento por su gestión. Milei también aprovechó para expresar su cercanía con el judaísmo, rezando en el Muro de los Lamentos y visitando el Kibutz Nir Oz, donde se emocionó al recordar el atentado de Hamas que causó decenas de víctimas el pasado 7 de octubre.

En Italia, el jefe de Estado se reunió con su par Sergio Mattarella y con la primer ministro Giorgia Meloni, con quienes acordó impulsar el comercio bilateral y la cooperación en materia de salud, educación y cultura. Milei destacó la importancia de la comunidad italiana en Argentina y elogió el rol de Europa en la defensa de la democracia y los derechos humanos.

Finalmente, en el Vaticano, Milei tuvo un encuentro cordial con el papa Francisco, a quien le agradeció su labor pastoral y su compromiso con los más necesitados. El presidente le entregó una carta en la que le solicitó su mediación para resolver el conflicto con el Reino Unido por las Islas Malvinas, y le pidió su bendición para el pueblo argentino.

Sin embargo, mientras Milei cosechaba aplausos en el exterior, su gobierno enfrentaba una dura batalla en el Congreso, donde la oposición y algunos sectores oficialistas se rebelaron contra la Ley Ómnibus, que buscaba recortar el gasto público, aumentar los impuestos y flexibilizar el mercado laboral. El proyecto, que había sido enviado por el Ejecutivo con carácter de urgente, generó un fuerte rechazo social y sindical, y provocó divisiones internas en el bloque de La Libertad Avanza.

Ante la falta de consenso y el riesgo de perder la votación, Milei ordenó retirar el proyecto del debate parlamentario, argumentando que prefería no aprobar una ley mala. El presidente responsabilizó a la “casta política” de boicotear su plan de reformas, y acusó al kirchnerismo y a la izquierda de defender los “curros” y los “privilegios” de los sectores más beneficiados por el Estado.

Como consecuencia de este fracaso legislativo, Milei decidió despedir a dos funcionarios clave de su gabinete: la secretaria de Minería, Flavia Royón, y el director de la ANSeS, Osvaldo Giordano, ambos cercanos a los gobernadores que se opusieron a la Ley Ómnibus. El presidente consideró que estos funcionarios “no jugaron bien” y que le faltaron el respeto a su autoridad.

Pero lejos de mostrarse derrotado, Milei vio en la crisis una oportunidad para reforzar su alianza con el PRO, el partido de Mauricio Macri, con quien mantuvo varias conversaciones telefónicas durante su viaje. El presidente anunció que buscará sellar un acuerdo con el ex mandatario para conformar un “interbloque potente” en el Congreso, que le permita avanzar con su agenda legislativa a partir del 1 de marzo, cuando comiencen las sesiones ordinarias.

Milei negó que este pacto implique un cogobierno o una cesión de poder a Macri, y aseguró que el líder del PRO no le pidió ningún cargo ni le impuso ninguna condición. “Acá el que manda soy yo”, sentenció el presidente, quien se mostró confiado en que podrá revertir el escenario adverso y llevar adelante su programa de gobierno.

Así, Milei cerró una semana intensa, en la que combinó el éxito diplomático con el fracaso legislativo, y en la que demostró su voluntad de dialogar con el mundo, pero también su intransigencia con la política local.

¿Podrá el presidente sostener su proyecto de cambio frente a las resistencias internas y externas? ¿O tendrá que moderar su discurso y sus acciones para evitar el aislamiento y el desgaste? El futuro de la Argentina depende, en gran medida, de las respuestas a estas preguntas.