La histórica reunión entre el presidente Javier Milei y el Papa Francisco en el Vaticano ha dejado una profunda impresión en el ámbito político y religioso. Según el Vaticano, este encuentro, que duró una hora, representa un hito sin precedentes en la relación entre el jefe de Estado argentino y el líder de la Iglesia Católica.

El hecho de que esta audiencia haya sido significativamente más prolongada que las sostenidas con anteriores presidentes argentinos, como Cristina Kirchner, Mauricio Macri o Alberto Fernández, sugiere un éxito rotundo en la comunicación y un intercambio profundo de ideas. Según fuentes vaticanas consultadas, la atmósfera fue sumamente cordial y amistosa, marcando un inesperado momento de distensión entre ambos líderes, destacado por los saludos con abrazo y beso que se produjeron en el contexto de la misa de canonización de Mama Antula, evento que parece haber simbolizado el inicio de una nueva etapa en sus relaciones.

Acompañado por una comitiva que incluía a su hermana Karina, la secretaria general de la Presidencia, Diana Mondino, los ministros Guillermo Francos y Sandra Pettovello, el rabino Axel Wahnish y el futuro secretario de Culto, Francisco Sánchez, Milei arribó al Vaticano recibiendo todos los honores protocolares propios de un jefe de Estado. Este gesto de deferencia se vio incluso antes de la reunión, cuando el presidente detuvo su convoy para saludar a un grupo de argentinos congregados en las inmediaciones del Vaticano.

La llegada al Vaticano fue un espectáculo memorable, con una alfombra roja, la presencia de los guardias suizos y un cálido recibimiento por parte del monseñor Leonardo Sapienza, prelado de la Casa Pontificia. Tras atravesar majestuosos salones, Milei y el Papa se encontraron en un momento que se espera sea inmortalizado por Vatican Media.

La reunión se llevó a cabo en la biblioteca, donde ambos líderes se sentaron frente a frente para discutir temas de relevancia. A pesar de las diferencias ideológicas evidentes entre ellos, el Papa escuchó con atención los planes del presidente libertario para el país, mostrando disposición al diálogo y la comprensión de los desafíos que enfrenta Argentina en la actualidad.

Durante el encuentro, Milei abordó la difícil situación económica y social del país, así como sus esfuerzos por combatir los privilegios arraigados en la política argentina. Se especula también sobre otros temas tratados, como la elección de embajadores ante la Santa Sede y los deseos personales de Milei con respecto a su fe religiosa.

Aunque no se han revelado detalles sobre el contenido de la conversación, se sabe que el presidente invitó nuevamente al Papa a visitar Argentina, una invitación que ha sido recibida con interés por parte del Pontífice. Sin embargo, cualquier visita se llevaría a cabo en el segundo semestre del año, después de compromisos previamente agendados.

Tras el encuentro privado, el presidente Milei se reunió con altos funcionarios del Vaticano, como el cardenal Pietro Parolin y el arzobispo Paul Gallagher, continuando así con la agenda diplomática.

Aunque no se ha programado una conferencia de prensa, se espera que la visita de Milei al Vaticano tenga importantes repercusiones tanto en el ámbito nacional como internacional. Sin duda, este encuentro marca un nuevo capítulo en las relaciones entre Argentina y la Santa Sede, así como un hito en la trayectoria política del presidente Milei.