Su intervención estuvo marcada por elogios al libre mercado, señalamientos sobre la deriva «socialista» de Occidente y críticas al «colectivismo» que, según él, ha marcado los «últimos 100 años» en Argentina.
Milei celebró la actualidad como un momento de máxima prosperidad en la historia de la humanidad, atribuyendo este éxito al capitalismo de libre empresa y a la libertad económica.
Sin embargo, su enfoque omitió mencionar los desafíos internos que enfrenta en su país, incluyendo un preocupante índice inflacionario del 211% anual y presiones cambiarias, resultado de una devaluación del 55% y medidas de ajuste implementadas en diciembre, respaldadas por Estados Unidos.
El presidente abordó posteriormente el programa económico en una reunión con el Fondo Monetario Internacional, encabezada por la directora Kristalina Georgieva, quien planteó los «profundos retos económicos y sociales» que enfrenta Argentina, haciendo hincapié en la necesidad de medidas decisivas para reducir la inflación.
En su exposición, Milei se sumergió en la historia argentina, destacando el contraste entre un país que a principios del siglo XX era la nación más rica del mundo y la situación actual, con cerca del 50% de la población bajo la línea de pobreza. Atribuyó este declive al intervencionismo estatal, señalando que el 70% de los alimentos producidos en Argentina quedan en manos del Estado.
Sosteniendo que Argentina es la prueba del fracaso de las políticas «colectivistas», Milei advirtió que cualquier medida que obstaculice el libre funcionamiento de los mercados, la libre competencia y la propiedad privada inevitablemente conduce a la pobreza.
La embestida contra regulaciones y gestiones anteriores coincidió con las dificultades del oficialismo para lograr la aprobación de reformas económicas en medio de presiones de gobernadores, empresarios y la CGT, que mantiene un paro general convocado contra el DNU para la próxima semana.
Desde la idílica villa alpina suiza, Milei explicó que el empobrecimiento de Argentina se atribuye al abandono del «modelo de la libertad» adoptado en 1860, que la convirtió en potencia mundial en solo 35 años. Además, advirtió sobre el peligro que enfrenta Occidente, acusando a aquellos encargados de defender sus valores de estar cooptados por una visión que inexorablemente conduce al socialismo y, por ende, a la pobreza.
Desafiando el tono colaborativo del Foro, Milei instó a los empresarios a reconocerse como «benefactores sociales y héroes», proclamando que «el Estado no es la solución, es el problema mismo».
Concluyó su mensaje con una promesa de respaldo incondicional de Argentina a los empresarios presentes.
Durante la jornada, Milei se reunió con el canciller británico, David Cameron, para discutir vínculos comerciales y apoyo frente al FMI, mientras que sus colaboradores participaron en paneles sobre las reformas económicas impulsadas por Milei y se reunieron con empresarios y políticos.