En un escenario de expectativas elevadas y señales claras de cambio, el presidente electo, Javier Milei, delineó su visión y estrategia para encaminar la economía argentina hacia un rumbo radicalmente nuevo durante su primer encuentro con el actual mandatario Alberto Fernández en la Quinta de Olivos. En una maratónica jornada de declaraciones, Milei compartió detalles de su diálogo telefónico con el Papa y esbozó los pilares de su política económica.

Durante una extensa entrevista con Alejandro Fantino, Milei sentenció su intención de llevar a cabo un «ajuste de shock» para alcanzar el equilibrio fiscal hacia el final del 2024. Su propuesta incluye un audaz ajuste equivalente al 15% del Producto Bruto Interno, una medida sin precedentes en la historia argentina.

El líder de La Libertad Avanza anticipó que esta magnitud de ajuste repercutirá en la disminución de la obra pública y en los gastos políticos, prometiendo un horizonte próspero para el 2025 con una inflación a la baja y salarios en ascenso, expresados en dólares.

Milei subrayó la urgencia del ajuste fiscal como una medida crucial para evitar una hiperinflación, señalando que, de no implementarse, el país estaría en riesgo. Enfatizó su disposición a prescindir de ministros que excedan los límites presupuestarios, reforzando su determinación en alcanzar un balance fiscal hacia fines de 2024.

Respecto al encuentro con Fernández, describió un diálogo cordial y productivo, destacando que, a pesar de las divergencias, se abordaron los temas con respeto y pragmatismo. La imagen protocolar capturada en la Quinta de Olivos, con dos vasos de agua como testigos, reflejó la distancia entre ambos líderes, delineando un cambio generacional y político en el país.

El presidente electo se refirió a sus interacciones con Mauricio Macri, reconociendo la contribución que la experiencia del expresidente puede ofrecer en momentos críticos.

Milei no descartó el riesgo de una hiperinflación y aseguró que se esforzarán al máximo para prevenirla, destacando la importancia de alcanzar un déficit financiero cero como parte de las acciones para mantener la solvencia y pagar las deudas.

En otro frente, anticipó tiempos difíciles en los primeros seis meses de su mandato, señalando que el ajuste recaerá en el gasto político y no dudará en intervenir si es necesario, incluso en áreas donde la corrupción sea evidente.

El presidente electo mencionó la conformación de un equipo económico selecto y anunció su participación activa en las decisiones financieras del país, independientemente de sus orígenes, destacando su enfoque en temas económicos.

Además, aludió a la importancia de mantener el orden y la ley en las calles, mostrando una postura firme contra la extorsión y respaldando a las fuerzas de seguridad.

En cuanto a su diálogo con el Papa, reveló el interés del Sumo Pontífice en su enfoque hacia el capital humano como eje central para dinamizar la sociedad y su invitación al Papa a visitar Argentina.

Milei enfatizó la presentación de un paquete de reformas estructurales en el Congreso el 11 de diciembre y proyectó una Argentina transformada dentro de cuatro años, prometiendo un crecimiento económico, aumento salarial y una marcada reducción de la pobreza e indigencia si las reformas se implementan con éxito.

El presidente electo también delineó su intención de avanzar hacia la convertibilidad y la dolarización en un plazo relativamente corto.

Además, durante otras entrevistas, anticipó la privatización de YPF en un plazo de dos años, resaltando la necesidad de estas empresas para la transición energética.

En un día repleto de declaraciones, Milei delineó su arduo horario de trabajo desde la Quinta de Olivos, destacando su enfoque dedicado y su intención de evitar perder tiempo en desplazamientos, afirmando su papel como «workaholic».

Estas declaraciones revelan una visión contundente y drástica de Milei para llevar adelante reformas sin precedentes en la economía y la política argentina, con un enfoque centrado en la austeridad, la eficiencia y la renovación radical.