Este debate es crucial, ya que marca el camino hacia el balotaje y busca ganar votos uno a uno.
El escenario estaba repleto, con picos de casi 10 puntos de rating.
El debate se centró en cuatro ejes temáticos, comenzando con «Economía y Trabajo». En esta primera parte, Agustín Rossi, jefe de Gabinete, mostró un enfoque diferente al debate anterior que tuvo lugar el 20 de septiembre. En esa ocasión, después de las elecciones primarias, Unión por la Patria había quedado en tercer lugar. En este debate, Rossi adoptó un tono más pausado y evitó confrontar directamente con Victoria Villarruel, la diputada de La Libertad Avanza, quien no dudó en acusar de mentiroso a su oponente en varias ocasiones y presentar la segunda vuelta como una elección entre continuidad y cambio.
Siguiendo la estrategia discursiva de Massa, Rossi argumentó que el resultado de las elecciones del 22 de octubre representaba un rechazo a las propuestas del candidato libertario. «La gente votó en contra de la motosierra de Milei», afirmó.
Villarruel optó por polarizar desde el principio y centró la discusión en temas económicos. «A partir de ahora, todo lo que escuches es mentira. Todas las propuestas que presentan podrían haberse realizado en los últimos 4 años», disparó la diputada.
El debate permitió respuestas, réplicas y un tiempo de debate libre, lo que resultó en cruces frecuentes entre los candidatos y dejó en claro sus estrategias. Rossi mencionó la alianza entre los libertarios y los halcones de Juntos por el Cambio, criticando a Milei por su relación con Patricia Bullrich. Villarruel recordó que el 70% de la población no votó al oficialismo y Rossi respondió que el 30% tampoco los había votado a ellos. Hubo un formato más teatral en este debate, que también permitió a los candidatos hacer preguntas directas entre sí.
En el segundo bloque, centrado en «Seguridad y Defensa», Villarruel destacó su origen en una familia militar, mientras que Rossi mencionó su experiencia como ministro del área y acusó a su rival de «carancheo» con respecto a la muerte de militares en el sur del país.
En el tercer bloque sobre «Salud, Educación y Políticas Sociales», Villarruel aseguró que en un eventual gobierno de La Libertad Avanza, la educación y la salud seguirían siendo gratuitas, mientras que Rossi elogió la gestión de Raúl Alfonsín en materia de derechos humanos y justicia.
El último bloque, centrado en «Justicia, Derechos Humanos y Transparencia», desató un acalorado intercambio de argumentos, con ambos candidatos acusándose mutuamente de mentir y arrastrar el debate hacia el pasado. Rossi mencionó el terrorismo de Estado y la apropiación de hijos de desaparecidos, mientras que Villarruel enumeró diversas causas judiciales que involucraron al kirchnerismo.
Finalmente, el debate concluyó con un enfrentamiento sobre el número de desaparecidos durante la dictadura y acusaciones mutuas de desviar la atención hacia cuestiones pasadas.
Las opiniones sobre el desempeño de los candidatos varían, con el equipo de Massa expresando preocupación por la actitud de Villarruel, mientras que los libertarios elogiaron su desempeño.
En medio de la tensión, los seguidores de cada candidato se enfrentaron con cánticos entusiastas, subrayando la importancia de esta contienda política.