Héctor Martínez Sosa, un nombre que resonaba con fuerza en el mundo financiero, no solo era uno de los brókeres más importantes del mercado, sino que también manejaba hilos en las altas esferas del poder. Su relación cercana con el entonces presidente Alberto Fernández y su acceso a información privilegiada lo situaban en una posición única y potencialmente peligrosa, permitiéndole influir en decisiones clave dentro del gobierno. Los detalles de sus intercambios con Alberto Pagliano, presidente de Nación Seguros durante la gestión de Fernández, revelan un entramado de intereses y manipulaciones que supera los límites de lo ético.

Desde el comienzo de la gestión de Fernández, en febrero de 2020, Martínez Sosa se posicionó como un intermediario clave entre el gobierno y el sector asegurador. No fue el Presidente quien notificó a Pagliano sobre su designación en Nación Seguros, sino Martínez Sosa, quien se adelantó al anuncio oficial. En un mensaje enviado el 26 de febrero de 2020, “Hecky” le transmitió la noticia a Pagliano: “Me confirman que asumís el lunes así que te deseo lo mejor en esta nueva etapa”. La fuente de esta información era nada menos que su esposa, María Cantero, secretaria personal del Presidente, lo que subrayaba el acceso directo de Martínez Sosa a los pasillos del poder.

Esta maniobra inicial dejó en claro la dinámica que marcaría la relación entre los dos hombres. Martínez Sosa no solo quería consolidar su influencia sobre Pagliano, sino que también se esforzaba por resaltar su cercanía con el Presidente, sugiriendo que tenía un acceso que Pagliano no disfrutaba. “Alberto me contó hace bastante tiempo que quería que vos asumieras esa función”, escribió en otro mensaje, insinuando que su rol como intermediario y confidente del Presidente lo colocaba en una posición de ventaja. A su vez, Martínez Sosa dejó claro que Fernández le había dado vía libre para interactuar directamente con el nuevo presidente de Nación Seguros y apoyar su gestión.

El rol de Martínez Sosa no se limitaba a los anuncios y las felicitaciones. Desde el inicio, buscó asegurar su influencia dentro de Nación Seguros, una empresa que, tras el decreto 823/01, tenía el monopolio de los seguros para las dependencias estatales. En sus mensajes, “Hecky” transmitía información privilegiada, como la conformación del directorio de Nación Seguros antes de que fuera oficial. El 19 de abril de 2020, Martínez Sosa se involucró directamente en la gestión interna de la empresa al contactar al Presidente para expresar su descontento con la posible designación de Sebastián Díaz Bancalari como director. En un mensaje que copió a Pagliano, le advirtió a Fernández sobre los problemas que, según él, podría causar la designación: “Es un psicópata que le va a hacer la vida imposible a Alberto Pagliano”. La respuesta del Presidente no está clara, pero la intervención de Martínez Sosa muestra hasta qué punto estaba dispuesto a manipular las decisiones internas para proteger sus intereses.

La relación entre Martínez Sosa y Pagliano no solo era frecuente en el plano profesional, sino que también incluía visitas mutuas y favores personales. En una ocasión, Pagliano le pidió a Martínez Sosa que le enviara una foto de su patente para autorizar su ingreso a la cochera de Nación Seguros, un gesto que revela la confianza y el nivel de acceso que el bróker tenía dentro de la empresa.

El interés de Martínez Sosa no se limitaba solo a los seguros tradicionales. En mayo de 2020, mostró un particular interés en los seguros de la flota oficial, incluyendo los aviones y helicópteros que utilizaba el Presidente. En una conversación con Pagliano, le solicitó detalles sobre las pólizas de los aviones Tango 01 y 04, los helicópteros Sikorsky, y los aviones Learjet Tango 10 y 11. La insistencia de Martínez Sosa en obtener esta información sugiere que buscaba asegurar estos activos valiosos para consolidar aún más su control sobre el mercado de seguros estatales. Aunque la flota presidencial estaba bajo la supervisión de la Secretaría General de la Presidencia, a cargo de Julio Vitobello, los seguros de estas aeronaves estaban en manos de Nación Seguros, consolidando así el monopolio de la empresa en este ámbito.

El último intercambio registrado entre Pagliano y Martínez Sosa ocurrió el 29 de febrero de 2023, el mismo día en que el Gobierno presentó una denuncia penal en Comodoro Py en relación con el escándalo de corrupción que rodeaba a estas operaciones. A pesar de las graves acusaciones, Martínez Sosa se mostró optimista en su despedida, afirmando que “todo se va a aclarar”, un comentario que subraya su confianza en que las conexiones y la influencia que había cultivado lo protegerían de cualquier consecuencia legal.

Este complejo entramado de poder e influencias subrayan la peligrosa cercanía entre los intereses privados y las decisiones públicas en la administración de Alberto Fernández. La relación entre Martínez Sosa y Pagliano, marcada por favores mutuos, acceso privilegiado y manipulación de decisiones estratégicas, plantea serias dudas sobre la integridad de la gestión y la transparencia en el manejo de los asuntos del Estado. En un contexto donde la línea entre lo público y lo privado se difumina, la necesidad de un escrutinio más riguroso y de una vigilancia constante se hace cada vez más evidente.