En una jornada electoral marcada por la tensión y la controversia, el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela emitió su primer boletín oficial cinco horas después del cierre de los comicios presidenciales, confirmando la reelección de Nicolás Maduro con el 51,20% de los votos. Este resultado otorga a Maduro, de 61 años, un tercer mandato consecutivo. Su principal contrincante, el exdiplomático Edmundo González Urrutia, de 74 años, apoyado por la líder opositora María Corina Machado, alcanzó el 44,2%, de acuerdo con una «tendencia contundente e irreversible» basada en el 80% de los telegramas.

Celebración y Reacción Oficialista

Poco después del anuncio, Maduro celebró su triunfo con fervor, exclamando: «No pasarán» y exigiendo respeto a la voluntad popular expresada en las urnas. Según los datos oficiales, Maduro obtuvo 5.150.092 votos, mientras que González Urrutia logró 4.445.978 sufragios, con una participación ciudadana del 59%. El CNE denunció además «una agresión en contra del sistema que desató demoras», lo que incrementó la incertidumbre y las sospechas de irregularidades durante el proceso electoral.

La Jornada Electoral: Esperanza y Desconfianza

Los venezolanos acudieron a las urnas en una elección presidencial que podía significar el mayor cambio político en el país en el último cuarto de siglo, o extender por seis años más un gobierno autoproclamado como socialista. La jornada, que inició con una alta participación ciudadana, se desarrolló en un clima de tensión creciente. Tras el cierre de las mesas de votación, la oposición y el oficialismo insinuaron su victoria, sumiendo al país en una incertidumbre que solo se disipó con la emisión de datos oficiales por parte del CNE.

Denuncias de la Oposición: Clamor por la Transparencia

Antes de la emisión de resultados oficiales, Delsa Solórzano, ex diputada de la Asamblea Nacional de Venezuela y representante de la opositora Plataforma Unidad Democrática (PUD), ofreció una conferencia de prensa en la que instó a los testigos electorales a no abandonar las mesas de votación hasta obtener las actas. Solórzano denunció diversas irregularidades, afirmando que se impedía el acceso de los testigos al CNE y que en muchos centros de votación se obligaba a los representantes opositores a retirarse.

«Con las actas que tenemos, podemos saber lo que está pasando en el país», declaró Solórzano, quien fue aplaudida por su firmeza y convicción. En la misma línea, González Urrutia calificó los resultados como «inocultables» y sostuvo que Venezuela había optado por el cambio.

Respuesta del Oficialismo: Esperanza y Amenaza

Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Legislativa y coordinador de la campaña oficialista «Venezuela Nuestra», pidió esperar el boletín del CNE y, en una conferencia de prensa, dejó entrever que un Maduro ganador ya tenía preparado un primer decreto para el lunes. Esta declaración, realizada con una actitud burlona, fue recibida con aplausos por Diosdado Cabello y otros miembros del chavismo.

Mientras tanto, la líder opositora María Corina Machado utilizó sus redes sociales para instar a los testigos a asegurar las actas de votación, subrayando la importancia de este documento como prueba de los comicios. «A todos los testigos: tienen derecho a llevarse el acta. El acta es la prueba, asegúrate de tenerla y seguir el protocolo del Comando», enfatizó Machado.

El Discurso del Triunfo: Cabello y el Pueblo Chavista

El régimen convocó al Palacio de Miraflores, donde Diosdado Cabello, número dos del chavismo, se dirigió a una multitud enardecida afirmando que el pueblo había votado por la paz y la soberanía. Cabello aseguró que en cualquier momento el CNE declararía la «tendencia irreversible» a favor de Maduro. Este discurso fue una mezcla de celebración y advertencia, dirigido tanto a los simpatizantes del régimen como a los opositores.

Un Proceso Electoral Cuestionado

La reelección de Maduro, quien busca extender su proyecto político heredado de Hugo Chávez, enfrenta a un país dividido. La participación del 59% refleja el interés ciudadano, pero también la desconfianza en un proceso electoral marcado por denuncias de irregularidades y demoras. Analistas y observadores consideran que la oposición tenía opciones reales de ganar, lo que añade una capa de complejidad a los resultados oficiales.

Observadores y Participación Ciudadana: Un Día de Alta Movilización

Desde el comando de campaña de González Urrutia se reportó una participación del 54,8% cuando faltaban dos horas para el cierre de las mesas. A pesar de algunos problemas, la jornada transcurrió mayormente en paz, con ciudadanos organizándose desde temprano para ejercer su derecho al voto. Corina Machado destacó que solo hubo incidencias en 1.300 mesas de las 30.026 instaladas, subrayando que la mayoría de los problemas se resolvieron antes del mediodía.

Votación Temprana y Preparativos: Estrategias de la Oposición

Sobre el cierre de la campaña, María Corina Machado lanzó sus «siete mandamientos» para el día de la elección, instando a los venezolanos a votar lo más temprano posible. Desde la madrugada, miles de venezolanos se volcaron a los centros de votación, organizándose en largas filas antes de la apertura oficial de las mesas a las 6 de la mañana. La oposición temía que el chavismo pudiera poner trabas con las máquinas de votación o con las cédulas de identidad, por lo que incentivó a los ciudadanos a votar temprano.

Un Día de Contrastes: Testimonios y Expectativas

En barrios de la capital venezolana, el movimiento fue intenso desde antes del amanecer. En Chacao, uno de los municipios con mayor cantidad de jubilados, muchos ciudadanos se volcaron a votar desde temprano. La presencia de vendedores ambulantes ofreciendo café y jugos de frutas caribeñas refleja el bimonetarismo impuesto por Maduro para contrarrestar la hiperinflación, aunque a costa de pulverizar los salarios.

Desafíos y Futuro: La Lucha por la Democracia

El tercer mandato de Maduro se perfila como un periodo desafiante en un país sumido en la incertidumbre y la polarización política. Las denuncias de la oposición, la respuesta del oficialismo y la alta participación ciudadana anticipan una etapa de tensiones y disputas que definirán el futuro de Venezuela.