Los analistas señalan que la base monetaria aumentó en los primeros seis meses de este año a $8,9 billones, aproximadamente un 100% más que en el mismo período del año pasado. En contraste, durante el primer semestre de 2023, el aumento fue de solo $0,7 billones, un 13%. Con una inflación acumulada del 51% en 2023 y del 82% en 2024, la base monetaria creció un 5% en términos reales.
«En el primer semestre de 2023, la expansión monetaria sin pasivos remunerados aumentó un 13%. Este año, la suba fue del 110%. Eso significa un festival de emisión monetaria que licúa el gasto público. Más que motosierras, fue licuadora. Además, explica el aumento de todos los dólares, desde el libre hasta los financieros. Esta situación puede impactar más en la inflación en los próximos meses», explicó Roberto Cachanosky, a pesar de la tendencia a la baja del IPC desde enero.
La promesa del plan de Caputo en esta nueva fase es que el «déficit cero» convergerá a «emisión cero». Para lograrlo, además de mantener el superávit como única vía para cerrar la emisión para financiar al Tesoro, el Gobierno avanza en la eliminación de los pasivos remunerados del BCRA, buscando anular la emisión por intereses.
«La emisión cero es un cuento chino. Desde mediados de marzo, la expansión monetaria fue fenomenal. El mes pasado, hubo un aumento del 17% en la base monetaria. Es una enormidad», planteó Cachanosky.
Con cifras similares, el analista financiero Christian Buteler ratificó que la base monetaria, considerada como pesos en poder del público y depósitos en los bancos (M1), creció un 95%, más que el año pasado, «no necesariamente por el crecimiento de la economía», aclarando que el stock total de pesos, incluyendo los pasivos remunerados, creció a un ritmo algo menor.
Para eliminar los pases, la estrategia ha sido transformarlos en pasivos del Tesoro de corto plazo (LECAP) o en títulos más largos, con opción de venta a favor del BCRA (puts), y también en pasivos dolarizados emitidos por el propio BCRA (BOPREAL). Esta transformación sigue teniendo connotaciones monetarias: los BOPREAL requieren que el BCRA compre reservas emitiendo pesos, y los títulos con puts pueden ser vendidos al BCRA, que los compra emitiendo base.
En un escenario de tensión financiera, el BCRA podría tener que intervenir para mantener la estabilidad y asegurar que las tasas de interés no se disparen. La principal crítica a la estrategia del Gobierno es que equivale a «cambiarlos de cajón»: pueden estar en el de arriba o en el de abajo, pero siguen estando en el mueble.
«Las últimas bajas de la tasa nominal de interés del BCRA, en un contexto de percepción de riesgo creciente por problemas en el Congreso, incentivaron la salida de ahorros domésticos y la baja de la demanda de pesos. Los bancos cancelaron pases pasivos, obligando a una fuerte emisión para pagarlos, haciendo que el peso pierda valor. Esto reflejó el fuerte aumento de la brecha cambiaria en los últimos 45 días y es inconsistente con los objetivos cambiarios e inflacionarios del Gobierno», afirmó el economista Aldo Abram, quien señala al cepo como el principal conflicto. «El cepo perjudica la recuperación económica. Para una unificación, habrá que eliminar el exceso de emisión gestado por la última baja de tasas, depreciando el peso y reduciendo la brecha», agregó.
Observadores críticos concluyen que la base monetaria ampliada (incluyendo pasivos remunerados y sus transformaciones) aumentó en $6,4 billones (42% nominal y -6% real) durante el primer semestre de 2023, mientras que en 2024 creció en $43,9 billones (101% nominal y 10% real).
El ex viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, en una nota reciente, destacó que un exceso de oferta de base monetaria en los últimos 60 días, estimado en unos $3 billones, ha provocado una demanda excesiva de dólares y bienes, explicando en parte el aumento del dólar contado con liquidación (CCL).