En un fallo que sacudió los cimientos políticos de La Matanza y generó un profundo impacto en la sociedad argentina, la jueza María Fabiana Galletti procesó al intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, por los delitos de abuso sexual y desobediencia. La denuncia, que había sido radicada hace tres años, fue presentada por una joven, novia de un empresario amigo de Espinoza, quien trabajaba bajo sus órdenes como secretaria privada en el municipio.

El fallo judicial, no incluyó la orden de detención del intendente, pero sí mantuvo la prohibición de contacto con la víctima y dispuso un embargo sobre los bienes de Espinoza por $1.500.000. Al declarar en la causa, Espinoza negó categóricamente los cargos en su contra. Sin embargo, la jueza señaló que el relato de la víctima, en el que describe los tocamientos impúdicos sufridos, estaba sólidamente respaldado por las conclusiones de los especialistas que la entrevistaron durante la investigación.

Espinoza intentó defenderse cuestionando la veracidad del testimonio de la víctima y sugiriendo que ella no había reaccionado de la manera «adecuada» ante los hechos denunciados. La jueza Galletti desestimó estos argumentos, calificándolos como un vano intento de mejorar su comprometida situación procesal. Según la magistrada, la defensa de Espinoza no hizo más que reflejar el temor que la víctima vivenció a raíz de los hechos, sin encontrar sustento en ninguna otra prueba en el expediente.

La denuncia detalla un patrón de comportamiento abusivo que comenzó poco después de que la víctima, identificada como M.J.R., comenzara a trabajar en la municipalidad el 28 de abril de 2021. Su contratación fue en condiciones irregulares, sin registro formal y utilizando un nombre falso. Desde el inicio, la joven recibió indicaciones de cenar en la casa del intendente, lo cual la hizo sentir incómoda y presionada.

El 3 de mayo de 2021, durante una jornada laboral, Espinoza le comunicó que cenarían en su casa esa noche, lo que tomó por sorpresa a la joven. A pesar de su incomodidad, accedió tras la insistencia de su novio, quien le aseguró que era normal dada la figura pública de Espinoza. La joven relató que, aunque la cena transcurrió de manera aparentemente normal, se sintió muy incómoda.

El episodio central de la denuncia ocurrió la madrugada del 11 de mayo de 2021. Espinoza, pretextando dolores cervicales y de espalda, solicitó que la joven le diera masajes. Ante su negativa, se desabrochó la camisa y, de manera intimidante, le insistió. Despojándose de su ropa hasta quedar en ropa interior, Espinoza sujetó fuertemente a la joven, quien relata que él la forzó a la cama y comenzó a besarle el pecho y a tocarla por encima de la ropa, mientras le decía «quédate tranquila, siempre te tuve ganas, va a estar todo bien». La joven resistió, pero Espinoza intentó quitarle la ropa y romper su camisa. Finalmente, ante la firme negativa de la joven, Espinoza se retiró enojado, diciéndole: «bueno listo ya está, se terminó todo, me voy, no te preocupes», en un tono que ella interpretó como amenazante.

La joven quedó profundamente afectada por el incidente, llegando a considerar el suicidio. Días después, en su trabajo, comenzó a recibir amenazas veladas sobre su desempeño, las cuales interpretó como advertencias de muerte.

El segundo incidente por el que se acusa a Espinoza ocurrió el 1 de julio de 2021. A pesar de tener una orden de restricción en su contra, Espinoza volvió a contactar a la víctima. Esta acción de desobediencia consolidó el caso en su contra, destacando un patrón de comportamiento intimidante y acosador.

La jueza Galletti subrayó en su fallo la importancia del testimonio de la víctima en casos de delitos sexuales, que generalmente ocurren en la intimidad y sin testigos. Afirmó que el relato de la joven estaba corroborado por especialistas y rechazó la defensa de Espinoza, quien intentó desacreditar tanto la relación laboral como los encuentros en el departamento de la víctima. La jueza destacó las inconsistencias en la defensa del intendente, particularmente en sus intentos de negar la concurrencia a la casa de la víctima, algo que posteriormente admitió aunque con una versión diferente de los hechos.

La magistrada concluyó que la versión de la víctima, respaldada por evidencia y entrevistas especializadas, era creíble y consistente. Desestimó la defensa de Espinoza como un intento inverosímil de escapar de la responsabilidad. En su fallo, la jueza destacó que la víctima denunció los hechos con angustia y perturbación, reflejando el impacto del abuso de poder por parte de Espinoza.

La resolución judicial fue dictada la semana pasada y se espera que la defensa de Espinoza apele la decisión. Este caso no solo pone en jaque la carrera política de Espinoza sino que también subraya la valentía de la víctima al denunciar a una figura de poder. En un contexto donde la violencia de género y el abuso de autoridad siguen siendo problemas graves, este fallo representa un avance significativo hacia la justicia y la protección de las víctimas.

La justicia ha dado un paso firme en la lucha contra la impunidad en casos de abuso sexual, marcando un precedente importante en la protección de los derechos de las víctimas frente a figuras de poder. La apelación de la defensa podría prolongar el proceso, pero la contundencia del fallo inicial envía un mensaje claro sobre la intolerancia a la violencia de género y el abuso de poder en la sociedad argentina.