La convocatoria refleja un cambio estratégico evidente por parte del Jefe de Estado, ahora dispuesto a abrir canales de diálogo y negociar la aprobación de una nueva Ley Ómnibus, a cambio de medidas de alivio fiscal para las economías provinciales. Este gesto de apertura contrasta con la agresividad y ferocidad de los enfrentamientos de semanas anteriores.
Los gobernadores, sin distinción partidaria, acudirán en busca de claridad sobre el pacto propuesto por Milei para el próximo 25 de mayo en Córdoba. Demandan propuestas concretas y documentos formales para evitar malentendidos y asegurar la transparencia en los objetivos y promesas del acuerdo.
Desde la Casa Rosada, se asegura una disposición a escuchar a los mandatarios y comprender sus realidades provinciales para entablar negociaciones. Se busca un acuerdo que permita avanzar con los puntos clave de la Ley Bases, como las facultades delegadas para el Presidente y la privatización de empresas públicas, temas sensibles que quedaron truncados durante su tratamiento en la Cámara de Diputados.
Si bien existe cierta desconfianza inicial, se percibe una voluntad general de bajar el tono de la confrontación y buscar estabilidad en la gestión. Esta tendencia parece ser compartida tanto por el gobierno nacional como por los representantes provinciales, quienes reconocen la necesidad de pacificar sus vínculos para garantizar una gobernabilidad efectiva.
Sin embargo, algunos gobernadores, como Marcelo Orrego de San Juan y Alfredo Cornejo de Mendoza, se encuentran en el extranjero y delegarán su representación en la reunión. Ambos forman parte del grupo de mandatarios que respaldan el «Pacto del 25 de Mayo» y están dispuestos a buscar acuerdos preliminares para posteriormente rubricar el documento en Córdoba.
En contraposición, figuras como Alberto Weretilneck de Río Negro y Gustavo Melella de Tierra del Fuego, quienes mantienen una relación tensa con el oficialismo, abordan la convocatoria con cautela y expectativas moderadas. Mientras Weretilneck denuncia la convocatoria como un intento de extorsión, Melella enfatiza la necesidad de respetar principios constitucionales y sociales en cualquier acuerdo.
La incertidumbre rodea a otros gobernadores que no han tomado una posición clara, como Claudio Vidal de Santa Cruz, Gildo Insfrán de Formosa y Gerardo Zamora de Santiago del Estero. Su participación en la reunión del viernes dependerá en gran medida de la oferta presentada por el gobierno y su disposición a respaldar un nuevo proyecto de ley.
En este contexto, la figura del ministro del Interior, Guillermo Francos, emerge como clave para restablecer el diálogo y coordinar las negociaciones. Sin embargo, el éxito de este proceso dependerá en última instancia de la capacidad del gobierno para ofrecer propuestas concretas y satisfactorias, así como de la disposición de los gobernadores para comprometerse con un acuerdo que beneficie a todas las partes involucradas.
En definitiva, el próximo viernes marcará un hito en la relación entre el gobierno nacional y las provincias argentinas. Con una mayoría de gobernadores dispuestos a respaldar el pacto, el desafío radica en alcanzar un consenso que garantice la gobernabilidad y siente las bases para una gestión más estable y colaborativa en el futuro inmediato.