La semana pasada, fue noticia en todos los medios de gran alcance, la pelea por la toma de tierras en la localidad de González Catán, paso a mayores, o al menos, ahora a estado público, donde fallecieron 5 personas. Un fenómeno delictivo que no es de ahora, sino que data de mediados del siglo pasado, durante la década de los 50, con las primeras «villas de emergencia». Un poco de historia: debido a la industrialización pujante en las pocas grandes ciudades de Argentina, y alrededores, en particular la Ciudad de Buenos Aires y el primer cordón de la Provincia de Buenos Aires, mucha gente del «interior» del país, comenzaron a llegar con el sueño de conseguir un trabajo digno, y de a poco comprar el terreno, ir juntando material para la construcción, y realizar el sueño de la casa propia, y obtener una mejor calidad de vida. Aquí comenzó el problema: las personas que venía de todas las Provincias (en su mayoría de Corrientes, Formosa, Misiones, Tucumán, La Rioja), comenzaron a ocupar terrenos en sectores descampados en aquella época, en la Provincia de Buenos Aires. Que a diferencia de los primeros inmigrantes europeos (italianos, españoles, alemanes, polacos, judíos, ucranianos, franceses), cuando llegaron a esta Nación, pagaban una pensión, y luego con el esfuerzo de su trabajo, recién ahí compraban un terreno y se acaparaban de material, y terminaban construyendo su propia casa, con ladrillos, madera, etc, no colocando 4 chapas con una lona y piso de tierra. Otra diferencia, es que no venían con toda la familia, y tampoco eran familias numerosas ( me refiero a 6/7/9 hijos). Se aseguraban de tener trabajo, terreno, casa de material, y recién ahí comenzaron a habitarla con la familia (que no eran más de 2 ó 4 hijos). Otra diferencia es que en los casos que sí venían con la familia entera, TODOS trabajaban a la par, y los chicos además iban a los colegios públicos, y a pesar del poco ingreso de dinero y ahorrar o bien comprar los materiales, iban de guardapolvo blanco limpio e impecable a los colegios. Lo políticos comenzaron a aprovecharse de los compatriotas que venían del interior del país, como siempre con la intención de captar votos (tal vez, sólo digo tal vez). La famosa «leyenda» o no, de los departamentos que se habían construido entre 1946 y 1955, donde la gente del interior desconocían lo que era un inodoro, o como utilizar una cocina, o una estufa, y levantaban los pisos parquet para hacer fogatas. Compatriotas que sin «prepararlos y educarlos básicamente en lo más mínimo o bien adecuarlos», no supieron aprovechar estos beneficios, compatriotas acostumbrados muchos de ellos, en vivir en lugares sin electricidad, ni agua corriente, mucho menos gas, con pisos de tierra, con camas duras hechas de madera , caña y paja, acostumbrados a caminar descalzos, etc etc etc. Durante las décadas de los ´60 y ´80, las villas fueron creciendo, las tomas de terreno se fueron expandiendo, y como siempre, la ausencia del Estado Nacional en cuanto a su Poder Judicial. A partir de la década de los ´90 con la corta «bonanza» de la Presidencia del Dr. Menem, comenzaron a tomar tierras, ciudadanos de países limítrofes, como Bolivia, Paraguay y Perú, ya no solamente en la Provincia de Buenos Aires, sino en ciertos sectores de la Ciudad de Buenos Aires, con construcciones que ningún arquitecto recibido con el más minimo promedio de notas en la Universidad, aprobaría dichas construcciones (claro ejemplo la Villa 31 de Retiro). A diferencia de los primeros europeos, comenzaron a venir familias numerosas (8 a 10 hijos), sin trabajo, sin dinero, sin formación, sólo con lo puesto. Habían «notado», que en la Argentina, «todo vale», vale tomar un terreno sin que actúe la justicia, vale «colgarse» de la luz, vale utilizar los hospitales públicos, escuelas públicas, etc , todo esto y gracias a que vale no pagar un sólo impuesto. Lo único que vale en los últimos 20/30 años, es el votar y asistir a los mitines políticos, de esos políticos que avalan el delito de la tomas de tierras (tal vez, sólo digo tal vez que así sea). Un país que viene de crisis en crisis desde hace más de 20 años, donde no hay trabajo, donde no hay formación, donde las drogas desde la más elaborada al sobrante de su producción o desperdicio, se vende y consume en todos los estratos sociales, pero donde más fácil penetra en las villas de emergencias, forma rápida y quizá fácil de hacer dinero. Y todo efecto «cadena», niñas de 15 años que se embarazan, y se van a ocupar otro terreno con su pareja actual, abandonando el estudio primario o secundario (si es que empezaron en algún momento), y en algunos casos, haciendo «changas» para sobrevivir, hasta que vuelven a tener más y más hijos, y el ciclo se repite. A principios de la década de los ¨80 el famoso Banco Hipotecario Nacional, entregaban departamentos con cuotas irrisorias a pagar de por vida a todas aquellas familias numerosas, luego con Alfonsín comenzaron los planes de alimentos, el famoso PAN «Plan Alimentario Nacional», luego continuó Duhalde y Sra, con las famosas manzaneras, y bueno lo demás ya lo conocen. Comenzando el siglo 21, comenzaron las AUH, y un sinfín de planes , con la excusa de «apaliar» la pobreza y la marginalidad, medidas totalmente inhumanas y sólo con fines políticos para mantener «dominada» a cierto sector de la población para obtener votos (tal vez, y sólo digo que tal vez sea así). Porque «inhumano»?: simple, porque si un Gobierno quiere realmente sacar de la marginalidad y de la pobreza a su población, incentivaría a la creación de Industrias, empresas, pymes, que den formación profesional y trabajo, incentivaría a los menores y jóvenes a concurrir a las escuelas, buscaría una mejor calidad de educación, etc. Frases políticas como «todos tienen derecho a un techo, a una vivienda digna», son utilizadas como excusas para ganar votos. Que dice el «sentido común»? que dice si realmente tenés algo de «humanidad»?, (y me voy a ganar muchos enemigos con esto), NO tengas hijos si NO podes darles las necesidades básicas, porque es INHUMANO y CRUEL, Lo «NORMAL» EN LOS PASOS DE LA VIDA es: estudiar (primaria, secundaría y Universidad, u oficio), conseguir trabajo o emprendimiento propio, juntar dinero para comprar el terreno y los materiales, o (en un pais normal) sacar un préstamo hipotecario, y una vez que tenes techo y trabajo «asegurado», recién ahí, comenzar a procrear. Es para muchos «duro» lo que escribo, pero es real y es la historia de la vida, uno cuando nace, aprende a caminar, no sale corriendo ni bien llega al mundo. En fin, luego de contar algunos problemas del porque de la usurpación de tierras (hay todo un mundillo detrás del tema principal), hemos llegado a ascender en la escala de delitos a la hora de usurpar terrenos, se llegó al homicidio, se llegó (como en muchos otros temas en esta bendita Argentina), a que el control lo tiene el «crimen organizado» con cabecillas que dirigen todas las operaciones, aprovechando la inocencia, falta de formación y desesperación de la gente. Lo de González Catán , no es nuevo, lo alarmante que el tema se esta expandiendo a una velocidad desenfrenada. Sería bueno que el Gobierno actual comience a actualizar las políticas de inmigración, y de los extranjeros «nacionalizados», donde para venir a poblar el suelo argentino, cuenten (como en muchos paises del mundo), la documentación previa correspondiente, un boleto abierto de ida y vuelta, un capital mínimo para invertir, un lugar de residencia «legal» asegurado. Y el que delinque, que lo deporten a su pais de origen, haya o no ingresado legalmente, y el que se nacionalizó, retirarle la ciudadanía y también deportarlo a su país de origen. La Argentina ya tiene desde hace décadas una gran deuda con sus propios compatriotas del interior, y no es una Potencia mundial económica para importar gente que delinque tomando terrenos en forma ilegal. Así funciona el mundo civilizado, así funciona el siglo 21. No digan que no les avise.