Este presupuesto se revela como una de las piezas centrales del enfoque estratégico para redefinir las relaciones con el Fondo Monetario Internacional, la Casa Blanca y el Tesoro estadounidense. En declaraciones cercanas a Milei, se enfatiza que las reuniones próximas no tienen como objetivo la búsqueda de financiamiento, sino la exposición protocolar del plan económico, el cual incluye medidas de ajuste fiscal, reforma monetaria, reestructuración del Estado y desregulación.
El plan de Caputo tiene como objetivo principal cubrir el vacío presupuestario dejado por la gestión anterior, particularmente enfocado en el déficit primario y la deuda del Banco Central. Según informes de La Libertad Avanza, se proyecta que el déficit primario cierre en un 3% del Producto Bruto Interno (PBI), mientras que, al sumar los intereses de la deuda, el déficit fiscal se ubicaría en un 5% del PBI en el transcurso del 2023. Por otro lado, la deuda del Banco Central, principalmente por las Leliqs, ascendería al 10% del PBI. Estos números fundamentan la propuesta de ajuste del 15% presentada por el sector libertario.
Caputo, exministro de Finanzas y expresidente del Banco Central durante la administración de Mauricio Macri, adelantó algunos aspectos clave de su enfoque «altamente ortodoxo» durante un encuentro con banqueros la semana pasada. «Se realizarán anuncios fiscales en primera instancia. No se puede aspirar a un déficit cero de manera instantánea, pero vamos a detallar cómo pretendemos lograrlo de manera ágil», expresó.
El plan contempla convocar a sesiones extraordinarias en diciembre para abordar el «paquete económico». Aunque Caputo no brindó detalles específicos, se espera que rubros como la obra pública (representando un 1,7% del PBI) estén bajo escrutinio, ya que Milei busca reducir estas inversiones al mínimo y sustituirlas con capital privado. Esta visión ha generado tensiones con empresas y sindicatos, como evidencia la denuncia de 500 despidos por parte de la U.O.C.R.A. en Vaca Muerta.
Entre las áreas sujetas a posibles recortes se encuentran los subsidios económicos (1,9%), las transferencias a provincias (0,7% del PBI), el déficit de empresas estatales (0,8% del PBI) y los gastos operativos (2,5%), que incluyen salarios y costos de funcionamiento. A pesar de que un recorte total en estos sectores podría generar un ahorro que supera el 7% del PBI, expertos de Invecq señalan que es una medida poco factible, nunca antes implementada.
El equipo económico proyecta que la reducción del gasto primario debería ser inferior al 5% del PBI, basándose en estimaciones de ingresos adicionales por exportaciones (equivalentes al 1,5% del PBI) debido al fin de la sequía, así como por la disminución de importaciones energéticas gracias a la construcción del gasoducto Néstor Kirchner.
Otro aspecto crucial para reducir el gasto es la reforma del Estado, que incluye la reducción de ministerios y secretarías, privatizaciones y desregulaciones. Nicolás Posse, jefe de Gabinete, y exfuncionarios del gobierno de Macri estiman que podrían recortar hasta un 40% de los cargos jerárquicos, que actualmente suman 2.995 empleos. También se apunta hacia las empresas estatales y al desmantelamiento de aproximadamente un centenar de regulaciones.
La reestructuración de la administración pública figura como uno de los puntos prioritarios en la agenda del nuevo gobierno y será explicada detalladamente durante la gira en Washington DC. La presencia de Caputo no solo fortalece su probable designación como ministro de Economía, sino que también aleja la posibilidad inmediata de la dolarización, una medida que generaba inquietud en el Fondo Monetario Internacional.
El exbanquero, quien supo desempeñarse en el JP Morgan y Deutsche Bank, también enfrentará la tarea de definir el destino de las Leliqs. Aunque se insiste en que el viaje no está destinado a obtener financiamiento, se aguarda que Caputo logre obtener señales para su plan de reestructuración de la deuda del Banco Central, ya sea a través de dólares externos o mediante un canje por bonos del Tesoro. En sus conversaciones con bancos, se comprometió a descartar un «Plan Bonex».