En algún punto entre el domingo y la jornada de ayer, Javier Milei se topó con los límites impuestos por la realidad en relación con sus proyectos y planteamientos teóricos. El presidente electo desplazó a los dirigentes que lo acompañaron desde sus primeros pasos en la política, reemplazándolos con ex funcionarios de Mauricio Macri, experimentados en la gestión y, en algunos casos, veteranos de batallas perdidas y ganadas en la arena de la administración pública, enfrentándose a las paredes de la realidad.

Este cambio no solo representó una modificación de actores. Milei llegó a la conclusión de que su propuesta de reemplazar el peso con el dólar deberá posponerse, muy probablemente, durante un extenso periodo.

El flamante presidente ha expresado su interés en abordar como primera medida la cuestión de las Leliqs, asignando esta tarea a Luis Caputo, un experto en mercados financieros con sólido entendimiento y una buena relación con entidades bancarias. A diferencia del perfil tradicional de un ministro de Economía, Caputo no se destaca por sus habilidades en el diálogo con gobernadores, negociaciones en el Congreso, tratos con sindicatos o presencia mediática.

Aunque Caputo fue ministro de Finanzas y presidente del Banco Central durante la gestión de Mauricio Macri, no fue el expresidente, actualmente en Arabia Saudita, quien sugirió su designación a Milei. Macri está decidido a respaldar al nuevo gobierno sin querer aparecer como un titiritero detrás del poder, consciente de que esta sería la peor imagen para su nuevo aliado.

Además de Caputo en Economía, Milei designará a Demian Reidel como presidente del Banco Central. Reidel, con antecedentes en el directorio junto a Federico Sturzenegger, es un quilmeño soltero que estudió Física en el Instituto Balseiro y obtuvo un doctorado en Economía en Harvard. Su llegada desplazó a Emilio Ocampo, anunciado por Milei previamente como su hombre en el BCRA.

Otra decisión revertida por el presidente electo fue la designación de Carolina Píparo para dirigir la Anses. Sin previo aviso, Milei desestimó a Píparo, generando su enfado. Hasta la noche del jueves, se rumoreaba que el reemplazo podría ser Osvaldo Giordano, ministro de Finanzas de la provincia de Córdoba.

Estas designaciones confirman que, en las últimas semanas, Milei ha percibido una nueva realidad. El acuerdo con Macri y Patricia Bullrich, sumado al éxito electoral, le ha proporcionado opciones de funcionarios que antes desconocía. Ahora, puede elegir entre políticos y técnicos probados en diversos ámbitos, dejando de lado las promesas formuladas en un momento en el que las opciones eran más limitadas.

Otra novedad es la llegada de Patricia Bullrich al Ministerio de Seguridad. Esto sugiere que el acuerdo para completar el gabinete no fue pactado exclusivamente con Macri. Si Luis Petri asume Defensa, la vicepresidenta electa Victoria Villaruel, encargada según las promesas de Milei de organizar esas áreas, quedará en segundo plano.

La intención inicial de Macri era que sus exfuncionarios ocuparan posiciones de segunda y tercera línea en la administración, no necesariamente ministerios. Sin embargo, este plan ha sufrido ajustes. Además, la tarea de asegurar un acuerdo parlamentario sólido entre LLA y el PRO para respaldar al nuevo presidente también enfrenta obstáculos, ya que Milei aún no ha dado su aprobación para que Cristian Ritondo presida la Cámara de Diputados, una designación propuesta por Macri. Este sigue siendo un punto de discordia, ya que el peronismo argumenta que el PRO no formó parte de la alianza ganadora en las elecciones.