Massa, quien previamente había ganado las elecciones generales con una ventaja de seis puntos sobre Milei, pareció sacar provecho del papel pasivo del economista. Este último, a pesar de su posición en las encuestas, no abordó con contundencia la grave crisis que atraviesa el gobierno del cual Massa forma parte como ministro y candidato.
En el debate, Milei evitó tocar temas que pudieran incomodar a Massa, como el escándalo de espionaje que involucra a un diputado kirchnerista, el caso Chocolate Rigau o el yategate de Martín Insaurralde. Sorprendentemente, tampoco hizo alusiones a Cristina Kirchner, dejando a Massa la iniciativa de abordar esa contingencia al afirmar que la elección no se trata de «Cristina ni Macri, es vos o yo, quien va a gobernar la Argentina».
Este debate, a diferencia de los anteriores, fue más directo al contar únicamente con dos protagonistas, lo que lo hizo más entretenido y «pochoclero». Massa estuvo acompañado por una numerosa comitiva de Unión por la Patria, mientras que Milei se presentó junto a su grupo de La Libertad Avanza, sin el respaldo en Derecho de los nuevos socios políticos que había logrado dentro del PRO.
El enfrentamiento se inauguró con Massa proponiendo «un gran cambio, la construcción de un gran acuerdo», mientras que Milei presentó su currículum económico y destacó su objetivo de «terminar con el cáncer de la inflación». El primer eje temático sobre la economía se convirtió en uno de los momentos más picantes, con un intercambio agudo entre ambos candidatos sobre el déficit fiscal y la política de emisión monetaria del gobierno actual.
En el ámbito de la política internacional, Massa inició el debate resaltando las críticas del mileísmo al Papa Francisco y el respaldo de Milei a Margaret Thatcher, mientras que el economista futbolizó el tema comparando eventos deportivos con situaciones políticas. La discusión se intensificó con fuertes intercambios y momentos álgidos, destacando la diferencia de enfoques en cuanto a la política exterior.
El tercer eje, centrado en Salud y Educación, proporcionó espacio para propuestas y chicanas, con Milei cuestionando a Massa sobre la ejecución de sus iniciativas en el gobierno actual. El intercambio llegó a un punto álgido cuando Milei llamó «delincuente» a Massa, quien a su vez le pidió que se retractara o se encontraran en Tribunales.
En el tema de Producción y Trabajo, Massa destacó sus decisiones como ministro y su objetivo de crear dos millones de puestos de trabajo, mientras que Milei criticó la situación actual y cuestionó la capacidad de Massa para interpretar los datos. El debate en este tramo fue más calmado, con algunos momentos de tensión.
La discusión sobre Seguridad y Justicia fue intensa, con Milei cuestionando la política en el sector y Massa defendiendo su experiencia en el área. La diferencia de modelos y la acusación de «mentiroso» por parte de Milei marcaron este eje.
El último segmento sobre Derechos Humanos y Convivencia Democrática cerró el debate, con Massa resaltando sus objetivos en ambos temas y Milei abordando paros sindicales y protestas en gobiernos anteriores. Los cruces sobre la «casta» y acusaciones sobre intereses personales se hicieron presentes, destacando la tensión entre los candidatos.
Finalmente, el debate concluyó con desacuerdos sobre las AFJP, donde Massa acusó a Milei de querer privatizar el sistema previsional y este último afirmó que Massa se «robó la plata de allí». El tiempo se agotó en medio de fuertes reproches, dejando un final tenso y anticipando una semana crucial previa al balotaje